
El economista estadounidense Paul Samuelson es famoso por haber dicho una vez que el mercado bursátil predijo nueve de las últimas cinco recesiones.
Esta broma del primer estadounidense en ganar el Premio Nobel de Economía es seguida a pies juntillas por los economistas, que reiteradamente rebajan los pronósticos de crecimiento de Estados Unidos en respuesta a la excepcional turbulencia en los mercados financieros.
En un lapso de dos semanas, Goldman Sachs y JPMorgan han recortado dos veces sus proyecciones del PIB estadounidense.
Varios más se han unido y muchas firmas de Wall Street estiman ahora que las probabilidades de una segunda recesión en la economía más grande del mundo son de hasta un 50%.
"El principal impulsor es el golpe que está recibiendo la confianza debido a la volatilidad del mercado y la creencia de que el golpe a la confianza comenzará a aparecer en los datos de la economía real en el próximo par de meses", dijo Tom Higgins, estratega global de macroeconomía de Standish Mellos Asset Management en Boston.
El índice Standard & Poor's 500 cayó un 17,6% entre su máximo de cierre más reciente -el 29 de Abril- y el lunes. Eso es un descenso doloroso, pero uno que para Standish no es una clara señal de recesión si nos fijamos en la historia.
Sin embargo, el descenso en los precios de las acciones está asustando a los consumidores, y Higgins y otros analistas dicen que vale la pena vigilarlo. El índice de la confianza del consumidor de Thomson Reuters/University of Michigan alcanzó su nivel más bajo desde 1980 a comienzos de este mes.
La confianza empresarial también se está erosionando, un hecho subrayado por el índice de actividad empresaria que elabora el Banco de la Reserva Federal de Filadelfia, que cayó en agosto a su nivel más bajo en casi dos años y medio.
Goldman Sachs recortó el viernes su estimación del crecimiento económico del tercer trimestre en un punto porcentual, a una tasa anual de solo un 1 por ciento. El banco prevé un crecimiento en el cuarto trimestre a una tasa de un 1,5%, en lugar del 2% previo.
"Los datos del sondeo podrían haber sido potencialmente influenciados hacia la baja por la volatilidad en los mercados financieros y el polémico debate sobre el limite de endeudamiento en Estados Unidos", dijo Zach Pandl, un economista de Goldman Sachs en Nueva York.
"Pero no queremos llevar esos argumentos demasiado lejos. Estos son importantes indicadores cíclicos, y están apuntando a un crecimiento aún más débil en el futuro", agregó.
¿YA HAY UNA RECESION?
Pandl dijo que actualizar el modelo para pronósticos de la firma con los datos más recientes sobre precios de acciones, inicio de construcciones de viviendas y un valor estimado para el índice de actividad manufacturera en agosto del Istituto de Gerencia y Abastecimiento dio una probabilidad de alrededor de 0,33% de que la economía esté en recesión.
Si bien los economistas aceptan que los riesgos de recesión se han incrementado, muchos advierten de que el mercado bursátil podría estar sobreactuando.
"En cualquier periodo en el que hay volatilidad en los mercados financieros, esos periodos tienden a estar acompañados por cambios en las expectativas sobre la economía", señaló Higgins.
El analista de Standish Mellon dijo que eso ocurrió en el 2008. Pero hay una gran diferencia entre ese momento y este: en agosto del 2008, los mercados financieros estaban privados de liquidez. Ahora, dice, los mercados están funcionando normalmente.
Los economistas dicen que las cuatro variables principales observadas por la Oficina Nacional de Investigaciones Económicas -quien determina las recesiones en Estados Unidos- apuntan a un crecimiento más lento más que a una contracción rotunda en la producción.
La producción industrial rebotó en julio al desaparecer las interrupciones en la cadena de suministro aparejadas por el sismo de marzo en Japón. El nivel de ingreso personal y las utilidades corporativas se mantienen.
En julio se crearon 117.000 puestos de trabajo tras una cifra combinada de 99.000 en mayo y junio, mientras que las ventas minoristas tuvieron su mayor crecimiento en cuatro meses, lo que sugiere que la economía estaba comenzando a tener un mejor impulso.
Sin embargo, algunos economistas advierten de que podría ocurrir un ciclo de autorreforzamiento, en el que una disminución de la confianza erosiona a los mercados, lo que a su vez lleva a una mayor caída en la confianza.
"Esto entraña el riesgo de una retroalimentación negativa entre los precios de las acciones, los sondeos comerciales y, en último lugar, la economía en general", agregó.
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